Para un desarrollo saludable del niño, es necesaria una relación cálida con la madre y se convierte en algo importante para su supervivencia. De la misma forma que lo es la alimentación, el cuidado, la estimulación y la disciplina. Es por ello que la importancia de identificar los síntomas o claves que nos ayuden a detectar si un niño es inseguro, es una responsabilidad que como padres tenemos. Además, seremos nosotros los que podremos ayudar a que la vayan superando, ya que el contacto más directo lo tienen con nosotros.
Actualmente, el concepto de inseguridad es uno de los más empleados al momento de referirnos a ciertos comportamientos, ya sean propios o de los demás. Que dan, como significado, un estado emocional y cognitivo en el que se vincula una sensación de peligro. Relacionados con el autoconcepto y a la vez, con el modo en el que se percibe e interpreta el entorno y los seres que hay en él.
Ahora bien, ¿cómo empieza un niño inseguro a adquirir estos comportamientos?, es allí donde cabe resaltar la importancia de la calidad de las relaciones tempranas. Porque es a partir de estas, donde se empieza a brindar las posibles protecciones ante los posibles peligros, que como seres vivos se están expuestos.
¿Cómo saber si un niño es inseguro?
Es importante recalcar que cada niño es un mundo diferente y que como seres humanos también vamos adquiriendo ciertos aprendizajes, a través de nuestras experiencias. Algunos rasgos que se empiezan a identificar cuando se considera que un niño es inseguro, es en la dificultad a la hora de socializar con otros niños o con adultos. Sobre todo en los momentos de jugar con otros niños, esta será de una de las herramientas para determinar si se desenvuelve de manera tranquila.
Es allí, donde podríamos empezar a identificar ciertas conductas o las causas por las cuales, el niño no se siente lo suficientemente cómodo para desenvolverse en ciertas actividades. Además, no solo en el juego, sino también en las demás áreas de la vida, familia, escuela y amigos, donde se empieza a mostrar un temor casi constante en cada una de ellas.
En la escuela, por ejemplo, muestran poco entusiasmo en ir o en participar durante la clase. Este será un factor, por el cual el niño se empezará a sentir inseguro y como mencionamos anteriormente, es desencadenado por el miedo, sobre todo a cometer errores.
Esto puede surgir por la presión de la escuela o el hogar, se les exige demasiado esfuerzo y tiempo. Ya que cumplir con las tareas o deberes se convierte en una exigencia. Así mismo, cualquier crítica o señalamiento impactará significativamente en ellos y lo sufrirá enormemente.
De hecho, la falta de interés en los niños cumple la función de ser un mecanismo de defensa, para no cometer errores. Puesto que siente temor al fracaso, esto hará que cada vez vaya limitando más las actividades.
10 características del niño inseguro
Te proporcionamos una lista de características comunes que pueden estar presentes. Sin embargo, debes saber que cada niño es único, lo que harán que las características de un niño inseguro puedan variar, sobre todo de la forma y el grado en que lo manifiestan. Por ello te damos una lista de forma general:
- Tiene una baja autoestima: los niños inseguros suelen tener una percepción negativa sobre sí mismos y constantemente dudan de sus habilidades.
- Sienten la necesidad constante de aprobación: buscan todo el tiempo la validación y aprobación de los que los rodean, además tiene la necesidad constante de reconocimiento, sobre todo de sus logros o comportamientos.
- Miedo constante a fracasar: suelen sentir temor excesivo a no cumplir las expectativas, sobre todo a cometer errores, por ello les cuesta enfrentarse a desafíos o situaciones nuevas.
- Son altamente sensibles a la crítica: no toleran la crítica, inclusive los comentarios constructivos, estas suelen afectarlos emocionalmente, ocasionándoles ansiedad o tristeza.
- Prefieren evitar situaciones sociales: les cuesta interactuar con otros niños, sobre todo cuando son actividades grupales, mostrando resistencia y ansiedad. Por lo tanto, la inseguridad los lleva a aislarse y sobre todo evitar situaciones en grupos o eventos sociales.
- Se les dificulta tomar decisiones: en ocasiones a un niño inseguro le cuesta tomar ciertas decisiones, incluidas las de la vida cotidiana, que pueden parecer simples. Ya que le temen a equivocarse y se preocupan por las consecuencias negativas que estas puedan acarrear.
- Son dependientes emocionales: están buscando la aprobación y el apoyo emocional de los demás. Además, se les cuesta gestionar el manejo de sus propias emociones. Asimismo, suelen establecer un apego inseguro con niños, familiares o personas cercanas.
- Tienden al perfeccionismo: suelen mostrar una tendencia perfeccionista y se ponen estándares muy altos. Por lo tanto, no lograr esto les genera ansiedad y sobre todo frustración.
- Tienen baja tolerancia a la frustración: en ocasiones un niño inseguro no sabe lidiar con la frustración y suele reaccionar de forma exagerada, sobre todo a los desafíos o dificultades que se le presenten.
- Les falta iniciativa: por la falta de confianza en sí mismo, evita las responsabilidades y sobre todo tomar la iniciativa en actividades o proyectos.
Recuerda que estos son solo ejemplos de posibles características y que cada niño es único. Pero si te preocupa y notas rasgos de inseguridad en el niño, debes saber que la ayuda de un profesional en salud mental a tiempo, será de gran ayuda. Además, podrá evaluar y determinar si realmente el niño presenta alguna característica de estas, brindando ayuda y herramientas, para superar estos comportamientos.
¿Cómo ayudar a un niño inseguro?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta como padres, es que su inseguridad no es buscada y que seguramente le esté causando un gran malestar en el desenvolvimiento de su diario vivir. Es por esto, la importancia de que la base de una conversación, a la hora de hacerle saber sus comportamientos, se haga basándose en la paciencia y el respeto, evitando todo juicio y toda crítica.
En cambio, mostrar interés, amor y cariño por querer brindarles apoyo para superar estos obstáculos. Es decir, que el niño no sienta que hay un señalamiento por parte de nosotros, en no actuar como nosotros quisiéramos que lo hicieran. Enfatizando que el amor y el cariño no se condicionan.
Por lo tanto, implica que el tiempo que compartamos con nuestros hijos sea de calidad. Es decir, dedicando un tiempo estipulado para conocerlos mucho mejor, saber cuáles son sus intereses y necesidades. Incentivando el juego desde casa, donde se puedan integrar a otros miembros de la familia, que permitan que el niño empiece a mostrar interés en relacionarse con otros, que no solo sea papá, mamá o cuidador.
También, podemos ponernos de ejemplo para ellos, contando posibles anécdotas en las cuales se asumieron ciertos riesgos, equivocaciones y frustraciones. Pero también se adquirieron aprendizajes. Siendo muy cuidadosos al narrar estas experiencias, ya que puede dar pie a las comparaciones, la idea es ser un ejemplo, no una imposición. Dándoles a conocer, que no está mal fallar o cometer ciertos errores y que pueden contar con nuestro apoyo cuando esto llegue a suceder.
¿Qué causa la inseguridad en los niños?
La inseguridad en los niños puede tener diversas causas, y es importante comprender que cada niño es único y puede verse afectado por diferentes factores. Aquí hay algunas posibles causas de la inseguridad en los niños:
- Ambiente familiar: El entorno familiar desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional de un niño. Si un niño experimenta falta de afecto, negligencia emocional, críticas constantes o abuso emocional, puede desarrollar inseguridad.
- Experiencias traumáticas: Eventos traumáticos, como el divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido, el abuso físico o emocional, o cualquier experiencia que amenace la seguridad y estabilidad del niño, pueden generar inseguridad y miedo.
- Modelos de apego inseguro: Los primeros vínculos de apego con los cuidadores primarios pueden influir en el desarrollo de la seguridad emocional de un niño. Si un niño no ha tenido una figura de apego segura y estable, puede manifestar inseguridad en sus relaciones y en su confianza en sí mismo.
- Comparaciones y presión social: La presión social y las comparaciones constantes con otros niños pueden generar inseguridad. Si un niño siente que no cumple con ciertos estándares o expectativas, puede desarrollar una baja autoestima y miedo al rechazo.
- Falta de habilidades sociales: La incapacidad para establecer relaciones sociales positivas y la falta de habilidades para comunicarse eficazmente pueden generar inseguridad en un niño, especialmente cuando enfrenta situaciones sociales nuevas o desconocidas.
- Experiencias escolares negativas: El acoso escolar (bullying), la crítica constante de los profesores o el fracaso académico pueden afectar la confianza y seguridad de un niño en sí mismo.
- Personalidad y temperamento: Algunos niños pueden tener una predisposición genética o temperamental hacia la inseguridad. Algunos rasgos como la timidez, la introversión o la sensibilidad pueden influir en su confianza en sí mismos.
Es importante tener en cuenta que estas son solo algunas de las posibles causas de la inseguridad en los niños, y que cada caso es único. Si estás preocupado por la inseguridad de un niño, es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental que pueda evaluar la situación y brindar el apoyo necesario.
Consecuencias de la inseguridad en los niños
La experiencia de inseguridad provoca una regresión a fases anteriores del desarrollo. Algunas de las señales que podemos observar en un niño inseguro pueden ser:
Dependencia materna, el niño inseguro tiende a delegar sus mínimas exigencias a su madre, optando porque sea ella quien las realice. Así mismo, interrumpe frecuentemente el sueño de sus padres con llanto a petición de dejar una luz encendida, dejar la puerta abierta y reclamar que los padres estén con él hasta que se duerma. Además, se puede presentar inestabilidad emocional, ya sea desde la desobediencia hasta la agresión física.
Por otro lado, también se pueden presentar cambios en el comportamiento motor:
- Recesión en la evolución del desplazamiento
- Cese de la posición bípeda
- Claudicación del caminar
- Gateo
- Petición de ser llevado en brazos
- Retroceso en la habilidad en dibujar
También se observan en el niño inseguro distorsiones en la marcha al desplazarse, modificaciones conductuales a la hora de jugar: practican roles de menor edad, demasiada reincidencia en el mismo juego o miedo.
Actividades o estrategias para trabajar la inseguridad en los niños
El juego por excelencia permitirá que el niño pueda adentrarse en su propio mundo, permitiéndose con este conectarse con sus propias necesidades y deseos. Es por esto, que una de las actividades recomendables para incentivar la autoconfianza es “El día del piropo o elogio”.
Este tipo de juego trata de fomentar la autoestima y el autoconcepto tan necesarios para desarrollar la confianza de los niños en sí mismos. Podemos escoger un día de la semana para convertirlo en el día de los piropos y elogios. Ese día nos fijaremos en algo que nos gusta del otro y se lo diremos. Se trata de que los padres resalten las cualidades positivas del niño y viceversa. Además, podemos utilizar frases motivadoras del estilo ‘’Me gusta mucho cómo”, “Me parece increíble la forma que tienes de”…
Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, pero no siempre contamos con las herramientas o estrategias adecuadas para lograrlo. Por lo tanto, en el caso de la inseguridad en los niños, si observas que tu hijo o hija puede ser inseguro o insegura y crees que los has intentado todo, pero, aun así, se siguen repitiendo sus comportamientos inseguros. Lo más adecuado es que busques la ayuda de un profesional en psicología infantil, en Hakuna Psicólogos contamos con grandes profesionales que pueden ayudarte, contáctanos y agenda tu cita de valoración infantil.