“Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”
Prov22, 6.
Para los niños el límite es sinónimo de seguridad, protección y estabilidad ya que les permite encontrar el punto de partida para sus acciones y decisiones pero sobre todo para orientar sus emociones. Los limites que ponemos a nuestros niños sirve tambien como un punto de encuentro con ellos mismos, es decir, que los padres contengan a los niños o les nieguen algo es la indicación que hasta aquí es permitido para ellos.
En terminos del derecho les estámos enseñando con el límite que: tus derechos llegan hasta donde incian los del otro…
El límite además genera en los niños un acercamiento a la sociedad, por lo que es no solo un acto de responsabilidad sino obligación de los padres permitir que sus hijos vivencien, sientan y experimienten situaciones donde el límite sea real. Cuando un niño participa en una situación con límite se acerca entonces a la tolerancia, espera y frustración, lo que invita al niño a descubrir sus idoneidad para crear, poder encontrarse consigo mismo, además de tener otra percepción de la realidad y del mundo. En los niños la capacidad para superar, tolerar y autocontrolarse está realmente vínculada con la firmeza amorosa recibida por medio de sus padres a través de una autoridad congruente y una normas claras.
¿SABÌAS QUE?
Para la Real Academia de la Lengua Española LIMITAR significa “Fijar la extensión que puede tener la autoridad o los derechos y facultades de alguien”.
En resumen, un niño que ha tenido un No por parte de sus padres ante sus deseos o acciones insaciables conllevará que en un futuro sea un adulto reflexivo, tolerante, y seguro. Asimismo permitirá que reconozca sus emociones, pero sobre todo que pueda respetar con mas claridad a los demás como parte de este mundo, esta sociedad con limites y alcances para todos.
Eliana Andrea Gutiérrez Urrego
Psicóloga Hakuna Matata