Las personas vanidosas poseen un patrón comportamental que hace que se vean a sí mismas como el principio y fin de todo el mundo; su amor propio a veces se convierte en un problema porque la arrogancia termina hablando por ellos. Sin embargo, esta simple, pero pretensiosa palabra tiene diferentes tipos y maneras de expresarse; en Hakuna Psicólogos te hablaremos un poco sobre los tipos de vanidad, sus características, consecuencias, comportamientos o forma de reflejarse en las personas, rasgos de una persona vanidosa, así que ¡empecemos!
¿Qué es vanidad?
El significado de la palabra vanidad se reduce en un excesivo amor propio y confianza que pone a algunas personas muy por encima de los demás; dicha conducta se ve reflejada en una serie de actitudes denigrantes y hasta ofensivas frente a la condición de los otros.
Para la RAE la palabra vanidad significa “arrogancia, presunción, envanecimiento”, también se le denomina como una “vana presentación, ilusión o ficción de la fantasía”. Por lo tanto: la vanidad puede ser una manera exagerada y hasta fantasiosa de vernos como seres únicos e irrepetibles.
La personalidad del vanidoso le hace creer, o pensar, que es superior a los demás. En muchas ocasiones la vanidad no es más que una muestra de inseguridad en la persona, pero puede tener muchas consecuencias.
Tipos de vanidad
La vanidad también posee unos tipos o característica que hacen que sea diferente una de otra. Vamos a ver los rasgos de una persona vanidosa para que los identifiques:
La soberbia
La soberbia y la vanidad son muy parecidas, con la diferencia de que la soberbia es ya una vanidad dotada de altivez e irrespeto por la condición del otro. Valorar al otro no hace parte de la mente del soberbio.
El narcisismo
Un excesivo amor propio es el reflejo del narcisista, quien se considera la persona más bella del mundo. Muchas veces esta muestra de amor propio trae consigo la inseguridad que quieren esconder a lo demás, revistiéndola de una falsa belleza.
Megalomanía
Asociado con el narcisismo, la megalomanía tiene su relación con un delirio de grandeza y una ínfula en la persona de ser básicos y fundamentales para el mundo. Creen que son socialmente relevantes para su círculo, por lo que alardean de sus logros y riquezas que, en su mayoría, no son mayor cosa.
Estos tres tipos de vanidad encarnan el patrón comportamental de una persona que, aparentemente, es superior a sus semejantes. Creen también que son imprescindibles para sus círculos familiares y sociales, situación que, progresivamente, los va a aislar de la sociedad.
5 rasgos de una persona vanidosa
Una persona vanidosa posee una personalidad que los diferencia de los demás, este tipo de rasgos en su comportamiento se pueden ver a simple vista y te los enseñaremos a continuación:
1. Quieren ser el centro de atracción
Al quererse destacar de los demás, siempre van a mostrar una imagen exagerada, y muy teatral, de lo que son. Además de mostrarse magníficos ante quienes lo rodean.
2. Creen tener siempre la razón
El hecho de ser lo que es hace que el vanidoso no tenga la humildad y la modestia como principios rectores en su actuar, al creer que tienen poder imponen a más no dar su posición sobre los demás, haciéndola parecer como una verdad irrefutable.
3. Los demás son sus objetos
Al pensar de esta manera suelen instrumentalizar a las personas, al cosificar al otro y convertirlo en el medio para cumplir sus objetivos, hacen que sus ínfulas de grandeza se vean, figuradamente, materializada.
4. Suelen enfadarse por pequeñeces
El vanidoso se enoja porque no le das la razón en sus pretensiones o argumentos, muchos de ellos, sin sentido. Su soberbia les impide respetar la opinión o mirada del otro, por eso el enfado se convierte en la mejor salida.
5. Su imagen pública es fundamental
Como siempre quieren destacarse sobre los demás, para el vanidoso es fundamental saber qué opinión o qué percepción tienen de ellos. Aunque aparentan no prestar atención, su fijación está en los comentarios de las otras personas.
Estos rasgos de una persona vanidosa, fáciles de detectar, nos dan una dirección hacia lo que es y lo que busca un vanidoso. Sin embargo, la superficialidad y la fantasía son sus herramientas para ser lo que son.
Consecuencias de la vanidad
Toda acción trae consigo una serie de consecuencias, sean buenas o malas, la vanidad como comportamiento deja tras de sí unas reacciones que pueden ser poco benéficas para el vanidoso, veamos:
- Al pender de la opinión y percepción de los demás suelen volverse dependientes y esa dependencia hace que pierdan el control de sus actos.
- El autoritarismo con el que se imponen hace que las personas vayan alejándose de ellos, trayendo consigo la soledad y hasta el desprecio.
- La insensibilidad es una de las características del vanidoso, con ese rasgo pierden su esencia humana hasta el punto de volverse en antisociales.
- Los vanidosos nunca tendrán relaciones estables ni personas que crean en ellos. Con el pasar del tiempo sus máscaras se van retirando y con ellas el silencio.
Ser vanidoso nunca será una buena opción para vivir, con la vanidad se pierde la calidez y la humildad con la que debemos ver al otro y es una de sus consecuencias. Por ello no es bueno que te acojas a este estilo de vida.
La vanidad es buena o mala
La vanidad puede ser buena, en cierta medida, porque posibilita que tengamos en alto nuestra autoestima, gracias a ella resaltamos nuestra belleza interior y la proyectamos a los demás.
En efecto, la vanidad no es mala cuando está acompañada de la humildad. El problema de la vanidad se materializa cuando es dañina, cuando su acción sobre los demás es ofensiva y desesperanzadora.
En ese orden de ideas podríamos decir que la vanidad en baja proporción y enfocada a resaltar lo bueno que somos no es mala. La vanidad con humildad es buena, la vanidad con soberbia es odiosa.
Si la vanidad o uno de sus tipos, acompaña tus días y crees que está afectando tu vida, recuerda que en Hakuna Psicólogos Medellín estamos dispuestos a escucharte.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros.