Está considerado que los niños deben ocuparse en asuntos como hacer las tareas, ir al colegio a tiempo y comer los alimentos adecuados para su crecimiento y desarrollo. No obstante, las diversas situaciones y vivencias, tanto a nivel familiar, escolar y social, les puede generar cierta preocupación y desencadenar problemas de conducta en los niños. Incluso más que ir a la escuela o aprender de sumas y restas.
Es importante conocer lo que piensan y sienten en situaciones de la cotidianidad. Con el fin de entenderlos, así mismo a modo de precaución, por si se llegase a notar comportamientos inadecuados.
Muchas de las dificultades a nivel familiar, escolar y social que presentan los niños tienen que ver con su estado de salud emocional. Debido a que los niños, sienten una variedad de emociones sobre todas las situaciones que experimentan día a día.
En ocasiones, cuando algo les parece inseguro o desconocido, les puede generar preocupación, estrés, ansiedad o problemas de conducta en los niños. Además, el no saber expresar lo que piensan, sienten o están viviendo puede influir de forma significativa en la acumulación de estrés o ansiedad.
Los niños pueden sufrir trastornos de ansiedad y ocasionarles problemas de conducta
Ocasionalmente, un niño puede tener preocupaciones o miedos que sean fuertes y severos. Lo cual les impida realizar sus tareas cotidianas o llevar una vida común y corriente.
El experimentar una crisis generada por el exceso de preocupación o estrés puede producir problemas como:
- Conciliar el sueño
- Falta de atención en clases
- Poco control de impulsos
- Actitud retraída
- Bajo nivel de socialización
- Problemas de conducta en niños.
En ocasiones los adultos suelen pasar por lo mismo. Encontrándose en circunstancias que no habían experimentado anteriormente y que, por lo tanto, los llevan a actuar de maneras que nunca habían concebido.
Mostrando otra faceta de ellos mismos, en el mejor de los casos los ayudan a encontrar recursos que no sabían que tenían, por ejemplo:
“— no pensé que fuera capaz de hacer eso —”, “— me desconozco —”, “— yo no soy así —”.
Esto igualmente ocurre en los niños, para ellos, todo es novedoso y cada respuesta o comportamiento inadecuado ante una experiencia vivida, será un aprendizaje futuro.
Situaciones que pueden generar problemas de conducta en niños
Los comportamientos inadecuados que presentan los niños se deben. En muchas ocasiones a que están pasando por una situación que los desborda en su emocionalidad y ante la cual no encuentran formas de enfrentarse sin el ejemplo o ayuda de sus padres.
Algunas de las situaciones que pueden generar cambios de comportamientos, problemas de conducta en los niños o dificultades en la expresión de sus emociones son:
Problemas familiares
La mayoría de las veces los niños se sienten inseguros o preocupados cuando escuchan o ven a sus padres discutiendo o peleando, o simplemente se encuentran rodeados de una familia disfuncional. Esto se debe a que pueden oír o ver cosas que a su edad no logran entender o que los puede hacer sentir mal.
En ocasiones se sienten obligados a tomar parte en las discusiones. Así mismo, sienten el deber de consolar a sus padres o de sentirse culpables cuando ven a un padre preocupado o triste por un problema que involucre al menor.
Los niños también se ven afectados por el estrés de los adultos. Al observar esta preocupación y angustia de sus padres (en cuanto a temas laborales o economía familiar).
Esto puede afectar su estabilidad emocional, reflejándose en problemas de conducta en niños. Pudiendo estar expuestos a padecer angustia emocional, dificultades para dormir, impulsividad en el colegio o inclusive dañarse a sí mismos.
Muchas veces los niños evitan contarles a sus padres sus problemas personales porque piensan que así no les llevaran más problemas y preocupaciones.
La separación o divorcio de sus padres
En la mayoría de los casos este hecho es muy doloroso para un niño. Ya que normalmente quiere a ambos padres y desea vivir con los dos. Se le dificulta entender que esto pueda suceder.
En estas situaciones el niño siente su lealtad dividida y puede llegar a pensar que la separación es culpa suya. La mayor preocupación y angustia del niño en estos casos es el ser abandonado por alguno de sus padres, que ya no le presten atención o que lo dejen de querer.
Problemas en el colegio
Todos los niños se ven afectados por el estrés de obtener buenas calificaciones, esta preocupación aumenta cuando sus padres comienzan a ejercer presión sobre ellos.
Comentarios como:
- “Tienes que ser el primero en todas las clases”
- “Tienes que sacar mejores notas”
- “En esta casa no sirven malas notas”
Suelen generar más preocupaciones de lo normal en ellos. En ocasiones los niños suelen ocultar sus exámenes o tareas calificables, por la reacción negativa que sus padres puedan tener.
Esto puede ser un reflejo de problemas de conducta en niños.
Sentirse intimidados o acosados por sus compañeros, generan problema de conducta en los niños
Los niños que son objeto de burla no tienen muchas amistades y suelen tener problemas con el trabajo escolar, con frecuencia se preocupan mucho.
Ellos pueden verse intimidados en el colegio y en ocasiones pueden ser víctimas de insultos, aislamientos de grupos sociales, agresiones físicas o acoso por redes sociales.
Como consecuencia, la autoestima, la seguridad en ellos mismos, la capacidad para conciliar el sueño, la confianza en sí mismos y el estado emocional de ellos puede verse afectado notoriamente.
Los niveles de preocupación pueden aumentar cuando los niños se encuentran en situaciones donde se sienten amenazados. Debido a cambios en su entorno (cambio de colegio, la llegada de un hermano, ocasionando conflictos entre ellos).
Así mismo, la presencia de problemas donde no saben cómo hacer frente y donde terminan sintiéndose desprotegidos. Esto ayuda a incrementar el estrés, la preocupación y genera problemas de conducta en niños.
Hacer amistades y agradar a sus compañeros
Por lo general, los niños se esmeran para construir buenas amistades con sus compañeros de colegio o vecinos. El problema o la preocupación comienza cuando ellos son rechazados constantemente por sus pares.
En la etapa escolar es muy común que los niños se preocupen por tener el visto bueno de sus pares. Que los demás aprueben sus conductas y sean recibidos en los grupos sociales.
Teniendo en cuenta lo anterior, la mayoría de las veces los niños buscarán cambiar su forma de vestir, sus intereses y hasta desearán tener mejor tecnología y es allí donde se evidencian los problemas de conducta en niños.
Ante estas situaciones, los niños pueden comenzar a tener una preocupación excesiva por el futuro, por la economía, por su propia seguridad y la de sus padres.
Los problemas de conducta en niños no se modifican solo con pedirles que confíen en sus padres y que expresen su preocupación, sino que se requieren estrategias diferentes. Que los padres les cuenten sus propias situaciones y cómo fueron superadas.
Es necesario que ellos hablen desde la experiencia propia, para darle al niño un modelo más real que el que suelen mostrar como ejemplo de buen comportamiento.
Hace falta conectarse con el niño desde la humanidad. Siempre estar atento a los cambios en el comportamiento y de ser necesario buscar profesionales para apoyarlo en el tránsito de su emoción.
Síntomas más comunes de los problemas de conducta en niños:
- Sentir miedo o pánico constantemente.
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Aumento del ritmo cardiaco, presión en el pecho y respiración acelerada.
- Sudoración excesiva o temblores.
- Sensación de debilidad o cansancio, molestias abdominales.
- Problemas para concentrarse.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Dificultad para controlar las preocupaciones.
- Necesidad de evitar situaciones que le generen ansiedad.
- Cambios de comportamiento repentinos.
Estos síntomas pueden variar en cada niño, en ocasiones puede manejar bien algunas situaciones y otras veces puede sentirse muy ansioso.
La mayoría de las veces los niños no son capaces de explicar que están preocupados o se sienten ansiosos. Esto hace que se irriten y lloren con facilidad y se vuelven demandantes.
Es importante que los padres aprendan a diferenciar cuando su hijo se preocupa más de lo normal o presentan problemas de conducta o quizás sean síntomas de algunos trastornos en niños. Para así poderle brindar una ayuda o guía inmediata.
¿Qué pueden hacer los padres?
Cuando vaya a ocurrir un cambio repentino en el hogar o que involucre a los niños, los padres pueden ayudar. Preparándolos con antelación, explicándoles lo que va a pasar de una forma tranquila, para que el suceso no los sorprenda y les genere mayor preocupación.
Para ello, pueden usarse libros o juegos que ayuden a los niños a entender los sucesos que le causan preocupación y tristeza. Como una enfermedad crónica, separación de los padres, rechazo de los compañeros, entre otras.
Los padres también pueden buscar espacios para hablar con sus hijos. El que ellos puedan expresar sus preocupaciones y angustias, les beneficiará, les tranquilizará y les ayudará a tener práctica para manejar situaciones en específico y saber manejar los problemas de conducta en los niños.
Es importante que los padres no le resten importancia, ni ridiculice los miedos de sus hijos, especialmente delante de sus compañeros o familiares. Al contrario, es oportuno que se les explique que muchos niños tienen miedos. Pero que, con el apoyo de ellos y su familia cercana, él puede aprender a enfrentarlos y superarlos.
También, es necesario enseñarles que los miedos son una parte normal de la vida. Estos suelen ser una señal de alarma ante una amenaza o peligro, los padres deben tranquilizar y brindar apoyo a su hijo.
Debes prestar atención a los cambios de conducta en los niños
Es fundamental prestar atención a los cambios bruscos y repentinos de comportamiento o problemas de conducta en los niños. Estos nos dan pistas de que algo en ellos está sucediendo y no saben cómo resolverlo.
Una forma de aprendizaje, es el aprendizaje por modelamiento, también conocido como aprendizaje por observación o aprendizaje social. Este consiste en la repetición de los comportamientos observados o respuestas esperadas. Los principales modeladores de los niños son sus padres y personas cercanas.
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